“No hay dificultad que Dios no pueda transformar en bendición” . ¡Ánimo! …¡No te rindas! … Sigue confiando en él.
Repite ahora con fe: Creo en ti Señor y acepto tu voluntad en mi vida, dame de tu Espíritu de fortaleza y enséñame a no mirar lo grande que puedan ser mis problemas sino lo grande que eres tú mi Dios y a reconocer las maravillas que haz hecho y seguirás haciendo en mi vida. Amén.